Semana de la Arquitectura en Madrid: ideando la ciudad del futuro

El futuro de cualquier ciudad debe diseñarse en base a un proyecto realista, participativo y adaptado a las necesidades de sus vecinos, pero también hay que tener en cuenta sus múltiples variables y los desafíos a los que se enfrenta. Ésta ha sido a la vez la inspiración y la principal conclusión de la XIV edición de la Semana de la Arquitectura que se celebró en Madrid del 28 de septiembre al 8 de octubre.

En ese espacio de debate sobre la transformación urbana, ha tenido especial protagonismo París, un espejo y un ejemplo para la capital española. Por ello se contó con la colaboración de diferentes entidades e instituciones galas.

“París es un ejemplo importante de reflexión urbanística. Existe un paralelismo histórico con Madrid. Ambas han sido capitales de imperios, con una larga vida llena de avatares. Las dos se han sabido reinventar, pero la capital francesa siempre ha tenido una capacidad especial para pensar a dónde quiere llegar sin miedo al futuro”, explicaba José María Ezquiaga, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), organizador de la cita.

Fueron diez días de conferencias, exposiciones con muestras de jóvenes arquitectos y un programa de visitas guiadas para redescubrir, a través de la mirada de los expertos, joyas del diseño que resaltan en el tejido urbano de la capital, como el edificio Metrópolis, el Cuartel General de la Armada, la antigua iglesia de San Andrés de los Flamencos o el cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional.

Más allá de las actividades que buscaban la participación ciudadana, resultaron especialmente interesantes los encuentros entre los arquitectos y urbanistas españoles y franceses, de los que se puede extraer esta hoja de ruta sobre el futuro del urbanismo:

  • Transformación de los materiales. Se deben utilizar de manera inteligente los recursos primarios, disminuyendo su protagonismo en la construcción y dando prioridad a nuevos materiales que sean fácilmente reciclables. La reutilización es clave para disminuir el impacto medioambiental.
  • ‘Naturalización’ del paisaje. Es necesario que los espacios verdes desborden las calles y se integren en los edificios a través de sus azoteas, terrazas y fachadas. Se trata de convertirlos en elementos activos en la construcción para la mejora de la calidad del aire.
  • Exigencia de sostenibilidad. No se concibe un desarrollo que no contemple la eficiencia energética y la gestión competente del agua. Los avances técnicos, los sistemas pasivos de climatización o la geotermia, y la implementación de redes de inteligencia artificial permitirán unos altos niveles de habitabilidad a pesar del incremento de la población.
  • Hay que implicar al ciudadano en el diseño de su ciudad. Se expusieron varios ejemplos en Europa en los que la colaboración de los vecinos ha sido fundamental para los nuevos desarrollos urbanos, como es el caso de la reforma de la Plaza de España de Madrid.
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