San Sebastián, vanguardia cultural y gastronómica

Sabrosa, acogedora, cautivadora, embriagadora, tradicional, distinguida, vanguardista, con cierto aire de nobleza… Estas son algunas de las palabras que se nos vienen a la mente cuando visitamos San Sebastián, una ciudad que ha sabido aunar perfectamente modernidad y tradición, ¿te apuntas a descubrirla con nosotros?

Empezamos nuestra ruta desde el punto más antiguo de la Parte Vieja de San Sebastián, la iglesia de Santa María del Coro de 1778, el único edificio que sobrevivió al incendió de 1813. La bella Easo (nombre por el que se conoce también a la ciudad) siempre ha sido una de las ciudades más deseadas de Europa. Destino de veraneo la aristocracia europea a finales del siglo XIX y principios de siglo XX, San Sebastián siempre ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y esto se siente nada más poner un pie en la ciudad.

Ayuntamiento de San Sebastian

Ayuntamiento de San Sebastian

Cuesta imaginar que todo lo que vemos ante nuestros ojos en la Parte Vieja fue reconstruido por los propios donostiarras tras el incendio. Pero todavía nos queda por descubrir los secretos que esconden en el interior de los bares y tabernas de estas calles. En ellas se encuentran los grandes templos de la cultura gastronómica que harán las delicias de nuestro paladar.

“Ir de pintxos” en San Sebastián es toda una tradición. Desde la tradicional gilda (un pintxo de anchoa, guindilla y aceituna) hasta el más sofisticado trampantojo, todo pintxo debe ser acompañado por un zurito (vaso corto de cerveza) o un txikito (vino).  En bares como el Gandarias, el Gambara o el Borda Berri, podemos disfrutar de esa perfecta mezcla de pintxos elaborados con sabores tradicionales como la chistorra, el solomillo, la gamba o el queso de idiazábal.

Pintxos en el Casco Viejo de San Sebastián

Pintxos en el Casco Viejo de San Sebastián

A la una del mediodía no podemos dejar pasar la oportunidad de probar una de las tortillas de patata con más fama de todo San Sebastián, la de Néstor, pero os recomendamos que vayáis un poquito antes ya que, ¡tienen incluso lista de espera! Únicamente hacen dos tortillas por día, así que si no hemos tenido suerte al mediodía, nuestra última oportunidad será a las 8 de la tarde.

Pero lo que realmente sorprende de las barras de pintxos es la precisión con la que están elaborados, muchos son pequeñas obras de arte en miniatura que terminan de cautivarte por completo en el paladar. El Zeruko es una opción donde disfrutar de la sofisticación hecha pintxo y acompañada de un buen txakolí.

Después de recorrer la Parte Vieja disfrutando de la mezcla de olores y sabores, nos disponemos a bajar la comida subiendo al monte Urgull, uno de los tres montes más característicos de San Sebastián. Tras subir sus poco más de 120 metros de altura nos paramos a contemplar una de las mejores vistas de la ciudad, una unión perfecta entre el verde del monte y el azul intenso del Cantábrico, con los tres montes (Igueldo, Urgull y Ulía)  y las tres playas (Ondarreta, La Concha y Zurriola).

Pero la mejor manera de sentir y vivir la intensa relación de la cultura con la ciudad y su entorno es recorriendo a pie o en bici la distancia que separa el monte Urgull del Igeldo. En el recorrido podemos encontrar edificios singulares como el Centro Kursaal, obra del arquitecto Rafael Moneo y centro neurálgico de la cultura, se funden con la arquitectura moderna y vanguardista de estilo Belle Epoque a orillas del río Urumea.

San Sebastián es también un museo de arte contemporáneo al aire libre, si continuamos por el paseo marítimo de La Concha nos daremos cuenta del intenso diálogo escultórico entre ciudad y naturaleza cuya obra cumbre se sitúa al final de nuestro recorrido cuando contemplamos el Peine del viento, de Chillida.

Para finalizar la tarde, tomaremos el funicular de 1912 para trasladarnos en el tiempo y subir al monte Igueldo, un enclave único donde parece que el tiempo se ha paralizado y desde el que podremos disfrutar de una panorámica de la ciudad mientras se pone el sol.

Durante 2016, San Sebastián es Capital Cultural Europea. Sin embargo, es una ciudad en la cual puedes sentir la vanguardia de la cultura y la gastronomía a flor de piel los 365 días del año.

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