La vivienda es un bien que requiere una gran inversión, en el proceso de decisión de compra el factor emocional es más relevante que el racional. Lo que ven nuestros ojos por primera vez discrimina si es una casa que nos enamora o no.
Subconscientemente decidimos si nos interesa una casa en el primer minuto, en los primeros pasos que damos dentro de ella, en las primeras imágenes que vemos desde la pantalla.
En la decisión de compra de un inmueble, las emociones juegan un papel esencial, el doble que cualquier otro factor, según informes de especialistas en hábitos de compra de consumidores (Informe hábitos de consumo del Journal of Advertising Research, año 2002.).
El inmueble y sus características
Como compradores de vivienda queremos pensar que realizamos una decisión racional, una buena inversión basada en características, como la ubicación, la superficie o el precio, como principales factores.
En los portales de internet y en la visita con un agente inmobiliario o un particular, se suele recurrir a revisar datos, metros cuadrados, valoraciones y estudios de mercado.
Pero hay otras cuestiones como olores, colores, sonidos entre sus cuatro paredes, semejanzas a otras casas, recuerdos de anteriores propietarios… que influyen en la decisión final. Son las percepciones que cada uno atribuimos subjetivamente a las características.
Estilo de vida
Mientras vemos el inmueble, nos estamos imaginando el estilo de vida que tendremos es ese hogar: nuevos hábitos, nuevos tiempos de desplazamiento al trabajo, las nuevas amistades con los vecinos.
Pensamos dónde colocar nuestras propiedades más valiosas, si las cortinas que siempre nos han gustado irán bien en cada estancia, lo cómodos que estaremos una mañana de domingo sentados en los sofás del salón…
Puede que nos indiquen que la casa tiene una buena calificación en eficiencia energética, pero lo que valoramos es la calidez del hogar en invierno y la frescura en verano, el bienestar por encima de lo que cuesta económicamente.
Es posible que alguno de los detalles nos cautive, como los materiales del suelo que lo hacen agradable al pisar, el tamaño de las ventanas que permiten una gran luminosidad, la fácil limpieza de la cocina, la amplitud del baño para los momentos de relajación.
Transformamos lo que nos transmiten nuestros sentidos, principalmente la vista, en sensaciones y en cómo vamos a poder disfrutar de momentos agradables con la pareja,l los niños, las mascotas, los amigos en esos espacios que pueden ser nuestros espacios.
Una casa no es sólo una inversión, es un lugar para vivir. Es la única inversión financiera relevante que tiene dos funciones, disfrutarla con su uso y esperar que su valor económico se incremente. Otros artículos como los coches o los barcos siempre pierden valor con el uso y el tiempo.
Enamorarse de una casa
Que te puedas enamorar de una casa es un problema, ya que es un factor emocional e irracional que influye absolutamente en la decisión de inversión financiera más importante de tu vida
En el momento en el que te compres una vivienda posiblemente tengas una familia. Lo que significa que se trata de una decisión conjunta, tomada bajo presión entre al menos dos personas. Además, al no ser expertos en transacciones inmobiliarias, los aspectos racionales pasan a un segundo plano, tras las cuestiones emocionales y sociales.
Como compradores, deseamos que nuestra futura vivienda nos enamore. No importa tanto que tenga un mayor o menor tamaño, más o menos habitaciones y baños que otra casa. Si nos encandila, limitaremos la importancia de factores negativos.
Fotos, vídeos, visitas virtuales y Home Staging
La mayoría de las búsquedas de casa se inician en Internet, donde podemos ver con gran detalle las características y donde se ofrecen elementos multimedia que facilitan la visualización de la propiedad, casi como si la estuviéramos visitando realmente. Por eso es tan importante acondicionar el inmueble y realizar un buen reportaje fotográfico.
Los usuarios descartan casas en segundos, porque la foto principal no les convence. Con razón, porque en numerosas ocasiones se muestra una cocina o un baño sin limpiar o un salón con demasiados adornos personales del anterior propietario.
En este sentido, técnicas como el home staging ayudan a preparar la casa para la visita real o virtual de los posibles compradores, mejorando la luminosidad, la sensación de amplitud, ajustando la decoración.
El reportaje fotográfico debe mostrar imágenes de la vivienda por dentro y por fuera, de aquello que se ve desde las ventanas y balcones y cómo se ve por fuera el edificio que la alberga.
La zona es un factor esencial a la hora de presentar una casa, incorporando fotografías de lugares cercanos, de servicios y establecimientos y añadiendo mapas de situación interactivos.
La emoción ante una vivienda que nos gusta es importante y es buen síntoma sentirla, pero hay que investigar factores concretos y compararlos con otros inmuebles ante de la decisión final.
Foto: Jane H, distribuida con licencia Creative Commons CC BY 2.0