Comprar un terreno en el que levantar una vivienda construida a capricho es una opción estimulante y atractiva, incluso desde el punto de vista económico. Eso sí, siempre que la elección de la parcela y la ejecución del proyecto sea adecuada, en lo que influyen no pocos factores de muy distinta índole, desde las propias características físicas de la finca hasta la normativa aplicable que condicionará las distintas etapas del proceso.
¿Por donde empezar? Estos son los aspectos principales a tener en cuenta a la hora de embarcarse en la aventura de buscar y comprar un terreno con la intención de construir:
El proyecto
Aunque tener claro lo que se quiere conseguir parezca una obviedad, en no pocas ocasiones la falta de un objetivo claro y de una planificación puede dar por traste las mejores intenciones. A la hora de adquirir una parcela es primordial tener claro el destino deseado y los pasos a seguir hasta llegar a él. Esbozar un proyecto dará una imagen completa de su viabilidad y del presupuesto a destinar al mismo.
El municipio donde se ubica la parcela
La ubicación del terreno, entendida en sentido amplio, tiene relación con el municipio en el que se enclava y su situación dentro de él, lo que condicionará la facilidad de acceso y sus comunicaciones, así como los servicios esenciales cercanos como escuelas, hospitales, parques o centros comerciales.
La normativa local, por su parte, condicionará aspectos como los metros que se pueden destinar a la construcción respecto a la superficie total de la parcela (que debe estar calificada como urbana y ser apta para la construcción de una vivienda, si ese es el objetivo), la altura de la misma y otras posibles directrices, como puede ser el seguir una determinada estética.
Otro punto a tener en cuenta es el de los suministros. ¿Permite la ubicación ‘engancharse’ a los suministros públicos de agua, electricidad o teléfono o será necesario que el propietario se provea de ellos? Se trata de un condicionante a tener muy en cuenta por su fuerte impacto en el presupuesto total.
Idoneidad del terreno
En este caso, se trata de evaluar las características físicas del terreno, tales como su orientación, pendiente, la cantidad de luz que recibe o el riesgo de sufrir inundaciones u otras catástrofes naturales, entre otros.
También es relevante el tipo de suelo y su composición, que repercutirá, por ejemplo, en las necesidades de cimentación de la construcción o en el riesgo de acumulación de gas radón. Huelga señalar que la visita al terreno es más que aconsejable: hacerlo en compañía de un perito o de un técnico podrá ayudar, en caso de ser necesario, a evaluar las condiciones de idoneidad del terreno.
Trámites legales
Una vez interesados en un solar en particular, el primer paso es solicitar una nota simple al Registro de la propiedad que permitirá conocer las posibles servidumbres que puedan afectar al terreno y comprobar si está libre de cargas. Es recomendable contrastar los datos del Registro con los del Catastro por si existiera disonancia.
Por lo demás, los trámites de comprar un terreno se corresponden con los de cualquier otra compraventa de inmuebles:
- La firma de un contrato de arras.
- La consecución de financiación, si es necesaria.
- La formalización de la compraventa ante notario.
- La liquidación de los impuestos correspondientes (impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados).
- La inscripción en el registro de la propiedad.
Comprar un terreno es sencillo si tienes claro dónde, cómo quieres que sea, cómo será tu construcción y compruebas que no tiene ninguna carga y todo se adecua a tus necesidades.