Agricultura digital: nuestro PC producirá tomates en casa

“La única razón por la que tenemos manzanas en junio es porque han estado almacenadas durante un largo periodo de tiempo. Si pensamos que en el instante en que recolectamos una planta esta empieza a morir, seremos conscientes de que cuanto más tiempo pase desde entonces hasta que nos la comamos, menos saludable será”.

El razonamiento es de Caleb Harper, investigador del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y padre de la llamada Agricultura Digital, que trabaja a partir de dos ideas fundamentales: la gente tiende a vivir en entornos urbanos y, al mismo tiempo, demanda alimentos más naturales y sabrosos. La solución es cultivarlos uno mismo en la ciudad.

Pero la verdad es que no todo el mundo tiene tiempo, conocimientos y espacio para tener su propio huerto urbano, aunque ahora proliferen en terrazas, azoteas y solares. Harper reflexionó sobre el problema y llegó a la conclusión de que deberían ser los dispositivos tecnológicos los que produjeran comida.

Desde hace un par de años el investigador está trabajando con su equipo en el desarrollo de un sistema inteligente de cultivo, controlado digitalmente, capaz de reproducir las mejores condiciones para cada tipo de planta en el espacio de un armario.

Y sin utilizar tierra gracias a la aeroponía, un método de cultivo por el que las raíces de las plantas permanecen al aire, rociándolas con una solución de la que obtienen los nutrientes y la hidratación necesaria. De ese modo también se puede reutilizar el 70% del agua que se emplea en el proceso.

Programas informáticos en lugar de agricultores

Por ejemplo, un ordenador tendría registrados los datos para producir un tomate raf: temperatura, humedad, pH del agua, nivel de dióxido de carbono, minerales complementarios… La maquinaria del invernadero doméstico no solo crearía el entorno perfecto para la semilla o el esqueje, sino que vigilaría su crecimiento, identificando el tamaño y el color. En el caso de que no se ajustase a lo deseado, modificaría los parámetros del cultivo.

El sistema puede funcionar con programas establecidos, pero Harper está además planteando que sea posible introducir datos personales para obtener mejores productos, al igual que la buena mano de un cocinero es capaz de mejorar las recetas. Así, un amigo nos podría pasar el programa que ha creado para cultivar lechugas más tiernas y verdes, o patatas pequeñas y suaves.

Toda esta información circularía en un sistema de código abierto, accesible para todos, de manera que en cualquier huerto digital pudiera crecer una enorme variedad de vegetales. Harper estima que estas plataformas tendrían la capacidad de cubrir entre un 30% y un 40% de la dieta de una familia.

El inconveniente no es tanto la inversión necesaria para instalar un sistema de agricultura digital, que podría ser amortizado en un periodo corto de tiempo con el ahorro en la cuenta del supermercado, sino el coste de la energía para mantener el sistema en marcha todo el año. Por eso también se está pensando en incorporar placas fotovoltaicas a los cultivos.

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