La regulación del autoconsumo energético en España: dos posturas enfrentadas

El debate está abierto y las posturas enfrentadas: ¿un consumidor que genera su propia electricidad debe pagar por hacerlo? El Gobierno y las compañías del sector dicen que sí; algunas organizaciones de consumidores y asociaciones ecologistas lo niegan.

La tecnología ha abierto la veda del autoconsumo. Las placas fotovoltaicas y las baterías de acumulación de electricidad, como la que Tesla acaba de presentar en California, hacen posible que una persona puede convertirse en productor de energía limpia en su propia casa.

Normas para regular la “auto-energía”

Para el Gobierno, esa nueva realidad demanda una regulación concreta. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha preparado el borrador del Real Decreto de Autoconsumo, apoyado en dos argumentos básicos:

  • Un autoconsumidor que, además de su propia instalación, esté enganchado a la red eléctrica general deberá asumir los costes (con sus impuestos) de lo que conocemos como peaje, al igual que hacen el resto de consumidores.
    En la factura de la luz hay una parte variable, que depende de la cantidad de electricidad que has gastado, y una fija, que es el pago del dicho peaje. Si los autoconsumidores no asumieran la parte fija, debería asumirla el resto de consumidores proporcionalmente, lo que a juicio del ministro es “profundamente injusto”. Por eso impondrá un gravamen a la energía autogenerada.
  • En el caso de que el sistema de autoconsumo sea completamente autónomo, es decir, que solo gaste lo que él mismo genera sin contar con una conexión a la red general (peaje), entonces no tendrá que pagar nada.

El Real Decreto, además, permite las baterías de acumulación, pero estarán sometidas a esas mismas condiciones: si se alimentan de la red, pagarán lo mismo; y si lo hacen por un sistema de autoconsumo, tendrán que asumir el peaje.

Los argumentos opuestos a esa regulación son básicamente dos:

  • No se pueden cargar con cánones e impuestos medidas que tienden a la eficiencia energética y a la sostenibilidad, hasta el punto de desincentivar iniciativas que son imprescindibles, como las consideran desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
  • El autoconsumo siempre genera un excedente de energía, es decir, se produce más de lo que el consumidor gasta. Todo el sobrante va a parar a la red general para que cualquiera pueda aprovecharla. Eso debería compensar el hecho de no pagar por el peaje.

Más allá de diferentes posturas, la regulación es un hecho. Esto quiere decir que, antes de plantearnos el autoabastecimiento eléctrico, debemos hacer cuentas para saber si compensa.

  • Un autoconsumidor deberá sumar al coste de la instalación fotovoltaica el gravamen por cada kilovatio consumido.
  • En el caso de que quiera ser completamente autónomo (sin enganche a la red), tendrá que calcular antes su gasto habitual y la potencia que necesita. De esto dependerá el número de placas solares que necesitará. Cuanta mayor sea la instalación, mayor será el coste y más tiempo se tardará en amortizar. No hay que olvidar que se necesitarán baterías de acumulación para asegurar el suministro en cualquier circunstancia.

Los avances técnicos prometen reducir costes y mejorar enormemente la autonomía.

Imagen destacada @Som Energia Cooperativa, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.

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