Así es el asombroso viaducto más largo del mundo

Cincuenta y cinco kilómetros de puentes sobre el océano y el terreno, túneles submarinos e islas artificiales. Gracias a esta espectacular obra de ingeniería, a punto de inaugurarse, las ciudades de Hong Kong y Zhuhai (Macao) van a quedar unidas por carretera en solo 35 minutos.

Hasta ahora, para conectar ambas ciudades había que tomar el ferri (70 minutos) que cruza de lado a lado el delta del río Perla, o bien bordear en coche la desembocadura en un trayecto que toma entre tres y cuatro horas, dependiendo del tráfico. Este formidable atajo se ha convertido en el viaducto más largo del mundo y en un nuevo símbolo de la modernidad china.

El proyecto comenzó a gestarse en 2002 y las obras se iniciaron en 2009 con unas previsiones que apenas se han cumplido. La complejidad de la infraestructura ha hecho que se hayan ido acumulando retrasos, sobrecostes y obstáculos técnicos y administrativos.

Finalmente el coste ha sido nada menos que de 16.000 millones de euros, a cargo de los presupuestos de Hong Kong, Macao y China. Las cifras de todo lo que tiene que ver con el viaducto son tan desproporcionadas como su precio. Por ejemplo, se han utilizado 450.000 toneladas de acero, 60 veces más que lo que se necesitó para construir la Torre Eiffel, además de 1,08 millones de metros cúbicos de hormigón.

Barcos por encima y por debajo

El trazado desde Hong Kong parte del área donde se ubica el aeropuerto de esa ciudad. El primer tramo de puente llega hasta una pequeña isla artificial que sirve de entrada en el túnel submarino de 6,7 kilómetros, ideado para permitir el paso de los barcos más grandes que recorren la zona y que no caben bajo el viaducto.

Gao Xinglin, gerente de planificación del proyecto, ha señalado que la construcción del túnel fue lo más complicado: “Pasé muchas noches sin conciliar el sueño porque hubo demasiadas dificultades. Conectar la carretera bajo el mar con tecnología estanca fue uno de los mayores retos de la ingeniería actual”.

La salida de la carretera hacia el otro tramo del viaducto se realiza a través de otra isla artificial. En total, son 22,9 kilómetros sobre las aguas en una de las zonas marítimas con más tránsito mercante del mundo, por eso se han extremado las medidas de seguridad. Cada pilar del puente es capaz de resistir la embestida de un carguero de 300.000 toneladas.

También se ha tenido muy en cuenta la incidencia de los fuertes tifones y seísmos que desgraciadamente son habituales en esta región. La estructura está preparada para soportar los vientos más destructivos y terremotos de magnitud 8 en la escala de Richter.

Se espera que en el primer año de uso lo utilicen cerca de 20.000 vehículos diarios, llegando en los siguientes años hasta los 50.000 vehículos. Al favorecer las conexiones de Hong Kong con el exterior, es posible que muchos habitantes busquen vivienda en Macao, donde los precios son más bajos, reduciendo a su vez el coste del metro cuadrado en la antigua colonia británica, que actualmente es el más alto del mundo.

A pesar de sus asombrosas dimensiones, esta obra compite en espectacularidad con otros puentes cuyos trazados en parte también salvan inmensas extensiones de agua, y la mayoría está en China. El récord absoluto de longitud en vías elevadas lo ostenta el Gran Puente de Danyang-Kunshan, con 164,79 kilómetros, nueve de ellos sobre el lago Yangtsé en el tramo que une las ciudades chinas de Shanghái y Nanjing.

A este le sigue el puente de Changhua-Kaohsiung, en Taiwán (157,39 kilómetros); el Gran Puente de Cangde, en China (115,90 kilómetros); el Gran Puente de Tianjin, también en China (112,96 kilómetros), y el Gran Viaducto de Weinan Weihe, que cruza el río Wei en dos ocasiones, así como muchos otros ríos, carreteras y vías férreas en el centro de China (102,73 kilómetros).

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