Tras la compra de la vivienda y el coche, la cocina es para muchas familias la mayor inversión que realizan en su vida. En los últimos años ha recuperado el protagonismo, que nunca debió perder, como centro neurálgico de la vida familiar: la cocina gana espacio e incluso se abre hacia el salón para integrarse en el radio de acción de las visitas.
Esta transición convierte su diseño en un proceso más exigente ” las claves para lograr una cocina tan operativa como bella son el diseño de trabajo en triángulo y la iluminación multiambiente “, explican desde Èggo Kitchen House. Esta multinacional, especializada en diseños exclusivos, nos aporta diez claves para abordar su remodelación, creando un espacio útil para cocinar y agradable para la conversación frente a una taza de café.
- Toma nota de las medidas e identifica los elementos fijos. Lo primero que debemos saber es de qué espacio disponemos, hay que asumir que su transformación implica el diseño minucioso de cada centímetro. Debemos tener en cuenta todos los elementos fijos, los más habituales son la salida de humos, tomas de agua, puertas y zonas de acceso, ventanas y, en su caso, la zona reservada a la caldera con su correspondiente salida de evacuación de gases. También hay que identificar posibles columnas o pilares, que si bien van a condicionar el diseño definitivo, con algo de imaginación pueden convertirse en un gran aliado para conseguir un espacio con personalidad propia.
- Las paredes también marcan estilo. Su tratamiento va a tener gran influencia en el resultado final. La recomendación de Èggo es alicatar las zonas más expuestas al trajín del trabajo en cocina (lavado y cocción), para lo que sugiere el azulejo hidráulico, en plena tendencia. Para el resto de las paredes se puede pensar en otras soluciones como pintura lavable, papel pintado vinílico o paneles de cristal. Esta opción permitirá en el futuro dar un nuevo aire a la cocina con tan solo cambiar estas zonas.
- El suelo, práctico pero con gancho. Se recomienda apostar por losetas resistentes y menos porosas de tipo porcelánico, eligiendo baldosas del mayor tamaño posible para evitar que la suciedad anide en las juntas. Otra opción en alza es un laminado de imitación a madera, que aportan calidez y permiten jugar con una gran gama de tonalidades.
- Organización en triángulo. La cocina cuenta con tres zonas de trabajo diferenciado: cocción, lavado y almacenaje. Pese al uso de las campanas extractoras de recirculación, la ubicación de la de cocción sigue marcada por la salida de humos que indica dónde se debe colocar la campana extractora y, debajo, la placa. En este mismo eje es conveniente ubicar el horno y el microondas. La zona de lavado, que precisa de toma de agua y desagües, incluirá la instalación del lavavajillas que puede ubicarse ligeramente levantado, para no tener que agacharse durante su manipulado. Esta zona se completa con la encimera de trabajo que debemos ubicar próxima a la de cocción. La tercera zona puede estar algo más distante, es la reservada al almacenaje, donde se sitúa el frigorífico, arcón de congelación, despensas, muebles y armarios.
- Adaptar la distribución al espacio. La arquitectura de la cocina va a marcar su diseño, pero debemos saber que en espacios de menos de dos metros de ancho es mejor apostar por la tradicional disposición en línea. Si nuestra cocina es más ancha pero igualmente alargada, se recomienda la distribución en ‘L’, reservando una de las paredes para ubicar una mesa o barra para comer. En el caso de cocinas cuadradas, podemos valorar distribuciones más arriesgadas como la de isla, pero siempre teniendo en cuenta que necesitaremos una superficie total de más de 15 m2 y dejar una zona de paso mínima de 90 cm para circular con comodidad y poder abrir puertas y electrodomésticos. Cuando la cocina está abierta al salón o comedor, sin duda es una gran opción.
- Apostar por muebles a medida y ensamblados en fábrica. Garantizan mayor duración y mejor conservación. La resistencia del mobiliario encolado y prensado en fábrica es superior al de cualquier otra solución, y además garantiza un mejor acabado estético en sus juntas y ángulos. A la hora de elegir el mobiliario hay que prestar atención a las guías de los cajones y gavetas, las bisagras de las puertas y los herrajes de los abatibles, de su calidad va a depender un uso eficiente.
- Elegir los electrodomésticos en función de las necesidades. Conviene no deslumbrarse por la gran oferta existente. A la hora de elegir el frigorífico hay que valorar las necesidades y hábitos de compra de la familia. Del mismo modo, las técnicas de cocción más utilizadas deben influir en la elección de la cocina y el horno. En el caso de la campana extractora, se deben buscar los modelos de mayor absorción y menor nivel sonoro. Se trata de una de las partidas más significativas del presupuesto, si bien hay soluciones adaptadas a todos los bolsillos
- Encimera, tan resistente como bella. Es uno de los elementos decorativos con más presencia pero debe ofrecer un buen rendimiento. Los materiales más indicados son los porcelánicos, que soportan altas temperaturas y son inmunes al rayado. Otra opción es la encimera de cuarzo compacto, muy vistosa pero menos resistente al calor. Cuando el presupuesto pesa en la elección, son también valorables las encimeras laminadas o estratificadas. Por último, y siempre que el material lo permita, es preferible encargar un acabado redondeado, que garantiza una mejor conservación.
- Grifos y fregaderos, que su diseño no reste utilidad. Es fácil embelesarse con los atractivos diseños que hoy ofrecen muchos fabricantes de grifos, pero debemos asegurarnos que son prácticos. Los extraíbles tipo ducha y los que se accionan con el pie aportan dos de las prestaciones que más se valoran, pero también hay que poner atención en la calidad del material de fabricación, buscando los más resistentes al rayado. En cuanto al fregadero, siempre que sea posible, hay que optar por dos senos o seno y lava-verduras. En cualquier caso, dos o uno, conviene que sea amplio, una buena medición es saber si permite introducir la bandeja del horno. Es preferible buscar diseños sencillos con líneas rectas en el exterior y curvas en el interior, que facilitarán su limpieza diaria.
- Iluminación, la adecuada a cada momento. Un recurso sencillo es crear varias escenas lumínicas. La norma básica es generar luz de calidad para la zona de trabajo y otra más dirigida y blanda sobre la mesa o barra de comedor. Además podemos contar con luces de apoyo dentro de los muebles de pared, creando un ambiente más relajado. En todos los casos se debe apostar por luz Led, más eficiente en consumo y que no genera calor.