Muchas familias aprovechan el parón veraniego para renovar su cocina. Una decisión con consecuencias sobre la economía familiar ya que solo en muebles y electrodomésticos el coste medio asciende a unos 7.600 euros, estimación de la empresa Èggo Kitchen House, a la que hay que sumar los revestimientos e instalaciones. Para culminar con éxito la reforma de la cocina y minimizar su coste se impone una buena planificación, que esta empresa resume en diez consejos.
Pero antes de trabajar en la reforma hay que definir el objetivo, porque la cocina es cada vez más protagonista de la vivienda. Lejos de su exclusiva misión de servicio, hoy acoge buena parte de la vida familiar abriéndose al área pública con su integración en el salón. Cuando se estudia la reforma de la cocina, la primera reflexión debe ser “tener claros los hábitos diarios y necesidades de cada familia”, explica Alberto Terán director Comercial de Èggo, para seguidamente conciliarlos con “los gustos en colores, materiales y tipos de frente del mobiliario”. Definir estas preferencias servirá para dirigir mejor la selección.
Decálogo de la reforma de la cocina
1. Tomar nota de las medidas del espacio disponible y de los elementos fijos
Es el primer paso para conocer todo el potencial de la habitación, pero también sus limitaciones. En la medición se deben identificar todos los elementos estructurales como vigas o pilares, salida de humos, desagües y tomas de electricidad, sin olvidar ventanas y puertas. Además, para el diseño, esta información es vital para cubrir toda la normativa legal sobre seguridad en la cocina, como sistemas de evacuación de gases o salida de la caldera.
2. Recubrir las paredes
Pintura lavable, papel pintado vinílico o azulejos hidráulicos son las opciones que los expertos de Èggo señalan como más actuales. La principal ventaja de la pintura es su coste, lo que permitirá en el futuro modernizar el look de la cocina con una pequeña inversión y sin las molestias de los trabajos de albañilería del azulejo.
3. El suelo, práctico pero sin renunciar a la estética
Sobre todas las cosas, la cocina debe ser práctica, lo que hay que tener en cuenta en cada decisión. La buena noticia es que en la actualidad esta cualidad no está reñida con la estética, y para el solado se aconsejan materiales porcelánicos del mayor tamaño posible para evitar la suciedad en las juntas. Otra opción muy en tendencia es elegir un laminado imitando madera.
4. Organización en triángulo
“El diseño de la cocina siempre debe respetar tres zonas de trabajo diferenciadas: cocción, lavado y almacenaje”, explican desde Èggo. La de cocción casi siempre estará condicionada por la salida de humos, donde se debe ubicar la campana extractora y, debajo la placa, el horno y el microondas. La zona de lavado y preparación de los alimentos precisa de desagües y toma de agua para conectar el grifo, el fregadero y el lavavajillas, este último puede estar ligeramente elevado para facilitar su manipulado. Y en tercer lugar, la zona de almacenaje, donde deben distribuirse el frigorífico, la despensa y los armarios.
5. Seleccionar la distribución que se adapta al espacio
Hay que ser realistas, aquí mandan las dimensiones y la forma de cada cocina. En el caso de las alargadas con menos de 2 m. de ancho se recomienda la distribución tradicional en línea, y si es alargada y ancha, en paralelo. La distribución en ‘L’ permite aumentar la zona de almacenaje y distribuir mejor los espacios de trabajo, incluso reservando un área para comer.
Para los espacios cuadrados se aconseja una distribución en forma de ‘U’, valorando incluir una zona central, denominada península. Y, si el espacio lo permite, se puede diseñar una isla, pero disponer de una zona central totalmente independiente requiere de un espacio mínimo de 15 m2, liberando al menos 0,90 metros a su alrededor para asegurar una operativa cómoda.
6. Mejor muebles a la medida y ensamblados en fábrica
Esta oferta del mercado asegura mayor calidad y durabilidad que los de tipo kit. Entre sus ventajas destacan ser más robustos y unos ángulos más homogéneos. A la hora de elegir el mobiliario es muy importante prestar atención a las guías de cajones y gavetas, las bisagras de las puertas y los herrajes de los abatibles, elementos en los que los profesionales reparan para evaluar la calidad del mueble.
7. Electrodomésticos, ajustados a las necesidades
De nuevo se invita a reflexionar sobre el uso real que la familia va a dar a cada uno de ellos. Por ejemplo, es importante definir el tamaño del frigorífico y de su zona de congelado, de igual modo las costumbres y técnicas de cocinar definirán el modelo de encimera de cocción y horno. En el caso de la campana, se debe evaluar sobre todo su potencia de absorción y un bajo nivel sonoro, especialmente importante si la cocina está integrada en el salón.
8. Encimera, práctica y decorativa
Es uno de los elementos de la cocina que más llama la atención, por lo que hay que conceder valor a su aportación estética pero, por otro lado, es la principal superficie de trabajo, por lo que ha de ser resistente. Los porcelánicos son los materiales más adecuados, ya que son inmunes al rayado y aguantan altas temperaturas. Otra opción a valorar son las encimeras de cuarzo compacto, de imagen muy atractiva, resistentes, fáciles de limpiar, pero no tan efectivas frente al calor. Si el presupuesto apremia, las encimeras laminadas o estratificadas son una buena opción. En cuanto al acabado, siempre que el material lo permita es mejor un canto redondeado por ser más resistente a los golpes.
9. Grifos y fregaderos, diseños que no resten prestaciones
La apuesta pasa de nuevo por dar con el diseño más práctico. Los grifos extraíbles con manguera son en la actualidad de los más apreciados por el usuario por facilitar la limpieza del fregadero y el llenado del cubo. En la selección del fregadero hay que tener en cuenta el mueble sobre el que se instala: si es pequeño es mejor uno de un solo seno, y si el tamaño no es impedimento uno de dos senos o uno grande, se agradecerá cuando se lave la bandeja del horno. En cuanto a su diseño, son más fáciles de limpiar los que no tienen curvas ni ornamentos exteriores.
10. Iluminación adecuada a cada espacio
Hay que buscar el equilibrio entre la funcionalidad para que las zonas de trabajo queden bien iluminadas y la creación de un ambiente acogedor. La tendencia actual es la iluminación led por ser la más económica y no aportar temperatura. Además, se puede instalar cerca de cualquier objeto e incluso dentro o debajo de los muebles sin que sufran daño. Se trata de un elemento al que no siempre se presta la suficiente atención, pese a la gran oferta del mercado, por ejemplo, para instalar reguladores a distancia que facilitan cambiar la iluminación según la necesidad del momento.